Recordando a Sally, y el movimiento intersex en Sudáfrica

Nthabiseng Mokoena

Nthabiseng Mokoena. Photos: supplied.


Nunca quise convertirme en un activista, todo lo que quería era encontrar y apoyar a las personas que tuvieron experiencias similares a la mía, personas que se sentían aisladas, y necesitaban a alguien que entendiera por lo que estaban pasando. Esto me llevó a unirme a ONGs (Organizaciones No Gubernamentales) que aseguraban apoyar a personas intersex, no recuerdo que muchas personas intersex fueran apoyadas pero, a fin de cuentas, quedé atrapado con las reuniones políticas, consultas legislativas, políticas del movimiento y, eventualmente, todos nos olvidamos de las personas que estábamos tratando de ayudar. Tuve que dejar eso, y aquí estoy, constantemente lidiando con la culpa de haber “dejado el movimiento”.

Al igual que en cualquier otro lugar en el mundo, ser una persona intersex en Sudáfrica, no es fácil, aún existen problemas para tener acceso a una apropiada atención médica, y problemas relacionados al estigma. Fui criado en las zonas rurales de la provincia del Noroeste, por padres que fueron lo suficientemente sabios, como para rechazar cualquier intervención quirúrgica en mi persona. Crecí como un niñx saludable, cuyo único problema era el secreto en torno a mi intersexualidad. Cuando tenía 19 años, comencé a tener dolores en mi región abdominal, mi familia me llevó a un doctor, quien se refirió a mí como “eso”, y dijo que mis padres habían cometido un error al criarme como niña, y rápidamente recomendó una cirugía, No podía seguir con esto, si eso significaba “convertirme en un niño”. Tuvimos que encontrar un doctor que estuviera más informado acerca de la atención médica de las personas intersex, pasamos dos años buscando un doctor que pudiera ayudarme, en la provincia Noroeste, y mi búsqueda no dio ningún resultado. Contacté con una ONG y ellos me refirieron con un doctor en el Hospital Chris Hani Baragwaneth, en Soweto, a 250 kilómetros de donde vivía. Una vez al mes, tenía que viajar a Soweto para recibir “atención médica”.

Esa fue una de las peores experiencias de mi vida, tenía que desnudarme, y el doctor traía a sus estudiantes de medicina al consultorio para darles una conferencia sobre “trastornos del desarrollo sexual”, conmigo como exhibición. Dejé de ver a este doctor, utilizaba analgésicos para sobrellevar el dolor, y solo tuve el coraje de ver a otro doctor hasta 6 años después de esa experiencia. Después me di cuenta que, esta, era una experiencia común para la mayoría de las personas intersex en el país, puede ser que hayas sufrido cirugía cuando eras un niñx y hayas tenido que lidiar con las consecuencias por el resto de tu vida, o, si fuiste lo suficientemente afortunado para escapar de la cirugía infantil, como adulto tienes que lidiar con dificultades para conseguir tener acceso a la atención médica.

El acceso a la atención médica, es difícil incluso para el sudafricano promedio; pero el acceso a la atención médica para una persona intersex, es incluso peor, solo existen unos pocos hospitales en el país que pueden atender las necesidades de las personas intersex con cuidado y comprensión.

Mi trabajo como activista, también implica mucha visibilidad ante los medios de comunicación, y ser visible no es fácil. La primera vez que aparecí en una revista nacional, tuve que pasar un mes entero evitando llamadas o evitando permanecer solo en público. Fueron muchos los correos que recibí con palabras de odio y las personas estaban más interesadas acerca de mis formas genitales, que de los problemas a los que estaba tratando de dar visibilidad. Con el tiempo me acostumbré a las burlas públicas y a la curiosidad acerca de mi género. Pronto me di cuenta del estigma social que rodea a alguien que es intersex, sabía acerca del secreto con el que todxs nosotrxs somos criados, pero nunca esperé que el alzar la voz pudiera implicar aislamiento y, a veces, literalmente amenazas a mi vida. Las historias sobre niñxs intersex, quienes en la escuela primaria eran desnudados por sus maestros frente a sus compañeros de clase, de repente no eran impactantes, sino que se convirtieron en la realidad de quienes son intersex y viven en los municipios. Por estas razones decidí permanecer como activista y conocer a otros activistas tales como Sally, tanto para recibir tutoría como por apoyo.

Nthabiseng Mokoena

Nthabiseng Mokoena.

Es difícil hablar acerca de activismo intersex en Sudáfrica, y no mencionar el trabajo pionero de Sally Gross, una activista intersex Sudafricana y fundadora de la Intersex Society of South Africa. Sally ayudó a asegurar la primera mención conocida sobre intersexualidad en la legislación nacional, y también ayudó en la redacción de la Ley de Alteración de la Descripción de Sexo en 2003, una Ley que permite a las personas intersex y transexuales cambiar su “descripción de sexo” en sus documentos de identidad, si así lo desean. Las leyes están lejos de ser perfectas, pero al menos abren puertas para hablar acerca de las cuestiones intersex en el país.

Sally Gross, fue una persona maravillosa, dedicó gran parte de su vida en asesorar y dar tutorías a otrxs activistas intersex, como yo, siempre estaré agradecido por el impacto que tuvo, y sigue teniendo, en mis labores de activismo y en mi vida. En 2013, Sally y yo, pasamos mucho de nuestro tiempo juntos, hablando acerca de sus problemas de salud. Cada vez que hablábamos en Facebook o Skype, ella me contaba acerca de como su salud se debilitaba, y algunas veces acerca de su situación financiera, sobre como no tenía los recursos para pagar por atención médica, y como es que se preocupaba por pagar las cosas más básicas, tales como los comestibles. Con el tiempo, me di cuenta de que la salud de Sally se estaba deteriorando y sabía que su organización estaba luchando por conseguir financiamiento, básicamente sobrevivía mes a mes del financiamiento por proyecto. Mani Mitchell y yo, decidimos ir con Sally, y pedirle permiso para iniciar una campaña de recaudación de fondos en línea en su nombre, ya que estaba teniendo problemas para pagar sus cuentas médicas y su renta. En febrero de 2014, cuando la campaña para recaudar fondos para Sally estaba teniendo problemas, recibí la noticia de que había fallecido sola en su departamento en Ciudad del Cabo. Hubo incluso rumores de que su cuerpo fue descubierto algunos días después de que ella había muerto. La experiencia de los problemas de Sally antes de su muerte, cambió mi punto de vista sobre el movimiento intersex en Sudáfrica.

Es difícil poder ver el activismo intersex en Sudáfrica, fuera del “complejo industrial de la ONG”. Gran parte del trabajo que es realizado en la defensa de los derechos de las personas intersex, es hecho por ONGs y depende en gran medida de donantes internacionales, desafortunadamente, el financiamiento para el trabajo relacionado a la intersexualidad, no llega fácilmente. Si te las arreglas para conseguir un apoyo, muy probablemente sea un apoyo por proyecto, y no necesariamente apoyos para cubrir salarios o el costo institucional por manejar una ONG. La mayoría del trabajo relacionado a la intersexualidad, o financiamiento, en general esta ligado al activismo trans* o al activismo LGBT. La inclusión de la intersexualidad en las políticas LGBT, ¿ha sido eficaz para nuestro movimiento? Bueno, eso es una discusión para otra ocasión.

Lo que fue frustrante, y continúa siendo frustrante, es que se espera que activistas como Sally Gross, manejen ONGs con muy poco o nada de dinero. Es un gran sacrificio el renunciar a trabajos normales con sueldo, en la búsqueda de hacer una diferencia a través del sector de las ONG. Se espera que nos apeguemos a planes de trabajo, que dirijamos proyectos e informemos sobre ellos, viajemos a conferencias, contribuyamos a las políticas, mientras ni siquiera podemos pagar nuestra renta o pagar por atención médica, al mismo tiempo se nos dice que debemos “cuidar más de nosotrxs mismxs”, para asegurar que el “autocuidado” es parte de nuestro trabajo, ¿como puedes cuidar de ti mismo cuando ni siquiera puedes comprar comestibles? Las personas ven que viajas por el mundo a conferencias (patrocinadas por donantes), y piensan que vives bien; la realidad es que duermes en hoteles elegantes y, cuando vuelves a casa, en un departamento que probablemente no ocuparás el próximo mes porque te desalojarán.

Después de que Sally falleció, el trabajo de la Intersex Society of South Africa, también desapareció, indicando otra falla en las políticas de la ONG, ya que nuestras organizaciones generalmente son manejadas por una o dos personas, y si una persona se va o fallece, la misma ONG muere.

ARASA

Nthabiseng Mokoena


Tras la muerte de Sally, pensé en mi activismo y si estaba haciendo alguna diferencia. La mayoría de mi trabajo se ha convertido en políticas LGBT, y el contacto que tuve con trabajo sobre intersexualidad, fue cuando estaba organizando grupos de apoyo, peleando con doctores, o apoyando a académicos en sus investigaciones y problemas relacionados a la intersexualidad. El colmo fue cuando me di cuenta que no podía pagar los gastos para la escuela de mi hermano menor. Lo había estado criando desde hacía más de 7 años. Su educación no costaba mucho, pero de todas maneras no podía pagarla; estaba viajando por el mundo, cada vez pasaba menos tiempo con él, y de todas maneras regresaba a mi hogar a la pobreza. Nadie espera volverse rico mediante el activismo, pero tampoco creo que alguien espere sufrir a causa de este. Tengo habilidades y aptitudes que podría usar para otras cosas, pero mi amor por el activismo intersex, y la esperanza de estar contribuyendo para un mundo mejor, me mantiene cautivo.

Entonces, hubo días en que no escuche historias de horror de las instituciones médicas, pero si historias acerca del trato que recibieron en algunas ONGs. Un amigo que conozco y aprecio, mencionó que fueron desnudados por alguien en una ONG, para probar que eran intersex. Esta no fue la única historia que escuché, algunas fueron más dolorosas que otras. También descubrí lo difícil que es, tratar de que una persona intersex consiga denunciar una ofensa; usualmente somos personas que estamos avergonzadas de nuestros cuerpos, estamos aisladas, tenemos traumas de por vida y, fácilmente, se aprovechan de nosotrxs personas que afirman actuar en nuestros mejores intereses y hacerlo de corazón.

En diciembre de 2014, dejé el activismo intersex, y me enfoqué en defensa de los derechos humanos en Sudáfrica. Y sí, el trabajo se paga mejor y me permite cuidar mejor de mí mismo. He elegido usar mi tiempo libre en contribuir al movimiento intersex, ayudando a organizaciones y grupos comunitarios más pequeños, a mejorar su activismo intersex, mediante la inversión en el liderazgo de personas intersex en sí mismas, sin embargo escucho las preguntas: “¿Porqué dejaste el movimiento? ¿Qué sucederá al movimiento desde que lo dejaste y Sally falleció?” Lo más irritante de estas preguntas, es que en su mayoría vienen de donantes. Estoy bastante seguro de que el movimiento sobrevivirá sin que yo esté involucrado a tiempo completo. No soy la única persona intersex en el país que puede hablar acerca de este tema.

A mis amigos donantes y aliados: Dense cuenta que el movimiento alcanzará grandes cosas si se invierte en liderazgo intersex, organizaciones intersex, y trabajo intersex. Si deliberadamente se esfuerzan en incrementar la capacidad de las organizaciones intersex para dirigir, si deliberadamente aumentan el financiamiento institucional en lugar del financiamiento por proyecto, si realmente entienden que lo que significa el autocuidado para personas que fueron y continúan siendo víctimas de violencia médica y social, entonces el movimiento en Sudáfrica va a sobrevivir con o sin algunxs de nosotrxs. Eso es invertir en la sustentabilidad del movimiento. Nadie puede, de manera efectiva, defender y liderar con el estómago vacío, o sin una apropiada atención médica.

Aún no se como describir el activismo intersex en Sudáfrica, pero puedo decir que hay esperanza. He conocido a activistas más jóvenes que son más apasionados y realistas, activistas que sé que continuarán y mejorarán el trabajo que ya se ha hecho. Personas jóvenes que pueden representarse a si mismas y también a otras, y cambiar la historia de pobreza, esclavitud y estilos de vida poco saludables que, a menudo, caracterizan nuestras experiencias de ONGs. Elijo describir al activismo intersex, a través de estas personas jóvenes y elijo recordar a Sally.

– por Nthabiseng Mokoena.