La situación de la comunidad intersexual de México

Laura Inter

Laura Inter. Foto: Morgan Carpenter, 13o Foro Internacional de AWID.


En México y en Latinoamérica la comunidad intersexual enfrenta problemas similares a los que enfrentan personas intersexuales de otros lugares del mundo, aunque con algunas particularidades que a continuación expongo.

El protocolo médico a personas con variaciones intersexuales incluye la mutilación de genitales y éstas prácticas se justifican al ser identificadas como cirugias necesarias que tienen el objetivo de “normalizar” las formas genitales y con ello evitar problemas en las relaciones sociales. Estas cirugías alteran irreversiblemente tejidos y órganos sanos, o se extraen gónadas sin indicios de enfermedad que pueden derivar en la esterilización de las personas. Los procedimientos médicos implican que durante la niñez se lleven a cabo frecuentes revisiones de genitales en presencia de varios médicos y toma de fotografías del cuerpo o de partes de éste sin el debido consentimiento informado. También son habituales los tratamientos psicológicos que no responden a las necesidades de las personas intersexuales. No se estudian las secuelas de insensibilidad genital o infecciones recurrentes que son frecuentemente reportadas por las personas en la edad adulta. Las intervenciones médicas antes mencionadas se realizan desde que las personas acuden o son llevadas al médico, es decir, se practican en bebés de pocos meses, niñas, niños, adolescentes y jóvenes.

Brújula Intersexual inició en 2013 y desde entonces se ha comenzado a abrir la discusión acerca del derecho a la integridad corporal, autonomía física y auto-determinación que deben tener las personas intersexuales en México, hemos intentado acercarnos a algunos médicos y ofrecerles información, pero generalmente encontramos que tienen poca disposición para escuchar y cuando lo hacen no están de acuerdo en que la intersexualidad en sí misma no es una patología. Son muy pocos los doctores que en realidad nos han escuchado y que ven la intersexualidad desde otro punto de vista. En Brújula Intersexual, contamos con el apoyo de uno de esos doctores, que está sensibilizado con el tema y no ve a la intersexualidad como patología, y con él canalizamos a las personas intersexuales que lo necesitan, para que reciban orientación médica con dignidad y libre de discriminación. Desafortunadamente es el único médico que nos apoya, y muchas personas intersexuales viven muy lejos, y no cuentan con los recursos para viajar y acudir a su consulta cuando lo requieren.

En México existe una evidente falta de médicos especialistas capacitados y sensibilizados que puedan ofrecer una atención digna y eficiente. Esto sucede incluso cuando las personas intersexuales adultas tienen el cuerpo intacto y no han sido sometidas a cirugías en la infancia. Sabemos de personas que al acudir con un médico por algún motivo ajeno a su variación intersexual, fueron cuestionadas acerca de su apariencia física y se les recomendaron tratamientos hormonales para “normalizar” su apariencia. Sí la atención requerida es en el área de ginecología, generalmente estos especialistas desconocen las diferencias genitales que pueden existir en los cuerpos intersexuales. Esto produce que cuando se topan con un cuerpo intersexual intacto, no saben exactamente cómo tratarlo, y no cuenten con instrumentos médicos adaptados para algunos de los cuerpos intersexuales con genitales que varian del promedio masculino o femenino. Lo que sí es muy frecuente es que aunque la consulta es por otra situación, se les recomiende o indique la realización de una cirugía genital o de tratamientos hormonales que “normalicen” su apariencia.

Estos son algunos de los testimonios que encontramos al respecto, que se han compartido en las historias de vida recabadas y publicadas en Brújula Intersexual:

“… tengo la uretra y la vagina en un mismo conducto, llamado urogenital… fui al ginecólogo y me puso anestesia general, después me enteré que introdujo en mi un aparato que se usa solo para mujeres con una vagina típica. Me desgarró, sangré mucho, durante días me dolía mucho al caminar y sentarme, sentí que había sido violado.”

“[aunque fuera por otros motivos de salud, los doctores] terminaban preguntándome cosas inapropiadas debido a sus prejuicios por mi apariencia, cosas como ¿cuál es tu preferencia sexual?, ¿cuándo te vas a decidir? (Refiriéndose a mi género) ¿Por qué no tomas hormonas femeninas o vas con un endocrinólogo?”

En México y Latinoamérica en general, la mayoría de las personas intersexuales mayores de edad que tuvieron contacto con los hospitales y recibieron un diagnóstico, tienen en sus expedientes médicos la anotación “pseudo hermafrodita femenino”, “pseudo hermafrodita masculino”o“hermafrodita verdadero”. Por lo tanto muchas personas intersexuales están familiarizadas con esos términos y no con la palabra “intersexual” por lo que al buscar información sobre su variación corporal, se encuentren con un discurso poco comprensible y patologizante. Usualmente, al buscar esos términos, la información médica refuerza el malestar asociado a las experiencias sociales adversas relacionadas con su corporalidad.

Actualmente, al igual que en otros lugares del mundo, en los centros médicos se ha adoptado la nueva nomenclatura de 2006: Trastornos del Desarrollo Sexual. Aún no me he encontrado con alguna persona intersexual en México, que use esa terminología para describir su variación intersexual, ni que la haya escuchado de sus médicos. Únicamente sé que se ha empezado a usar en México por charlas que he tenido con padres de bebés intersexuales, con estudiantes de medicina y con algunos académicos en el país.

En Brújula Intersexual, hemos tomado una postura en contra de las anteriores y nuevas nomenclaturas usadas por los médicos. El término ‘hermafroditismo’ o ‘hermafrodita’, en el pasado, fue usado como un diagnóstico médico en México – y este término aún es usado para describir a las personas intersexuales en las notas periodísticas y por algunos servidores públicos. Hermafrodita es un término inexacto, porque se presta a malentendidos, las personas suelen confundirse y pensar que se refiere a quienes tienen “dos sexos”, es decir, dos equipos completos de órganos reproductivos: uno masculino y uno femenino, lo cual es imposible en un ser humano. El término “trastornos del desarrollo sexual” o DSD (por sus siglas en inglés) es un término evidentemente patologizante porque designa como parte de una enfermedad a los rasgos intersexuales con lo cual se continúa pensando que las cirugías genitales “normalizadoras” y los tratamientos hormonales son necesarios .

Cabe destacar que en la actualidad, al igual que en otros países, algunos médicos en México han optado por decirle a los padres de bebés con cromosomas XX e Hiperplasia Suprarrenal Congénita, que nacen con características sexuales atípicas, que sus hijas no son intersexuales. Pienso que esto tiene el objetivo de que los padres no busquen en internet el término “intersexual” y no se encuentren con información producida por activistas intersexuales. El desconocimiento sobre qué es la intersexualidad, y la forma patologizante en la que los médicos le presentan esta situación a los padres, influye para que estos se angustien y tomen decisiones apresuradas, accediendo a los tratamientos que les proponen los médicos.

Al ser México un país con grandes desigualdades económicas y sociales, he encontrado casos en los que los médicos, tratan a las personas que acuden a los servicios de salud de acuerdo a su estatus social y económico. A los padres de niñxs intersexuales que tienen un estatus económico o social bajo y acuden a los servicios de salud, es común que no se les informe sobre la variación intersexual de su hijx o que la información sea parcial, o simplemente se les digan mentiras, e incluso se les realicen procedimientos quirúrgicos y otros tratamientos médicos sin informarle a los padres lo que le están realizando a su hijx exactamente. Por ese motivo, en Brújula Intersexual tenemos espacios en los que los padres pueden entrar y despejar sus dudas acerca de variaciones intersexuales específicas, en particular sobre la Hiperplasia Suprarrenal Congénita, ya que según lo que hemos podido percibir, es la variación intersexual más común en México.

Esta situación no solo ocurre con los padres de niñxs intersexuales, sino también a intersexuales en edad adulta que acuden a los servicios de salud y tienen un estatus económico o social bajo. Por ejemplo, el año pasado, una genetista en un programa de radio, en el que también participó Brújula Intersexual, habló del caso de una señora de 35 años que fue a consulta por quejarse de dolor al mantener relaciones sexuales coitales con su esposo y debido a que nunca había menstruado, por lo cual le realizaron exámenes médicos que detectaron testículos internos y cromosomas XY, un diagnóstico de Síndrome de Insensibilidad a los Andrógenos. Según lo que relató la genetista, esta persona vivía en una comunidad apartada y su esposo se dedicaba al campo, por lo que la genetista decidió no informarle sobre su variación intersexual porque “no lo iba a entender”. No obstante la misma genetista reconoció que la señora corría riesgos por ese desconocimiento, ya que, si llegaba a tener algún problema de salud asociado a sus testículos, obviamente podría complicarse por no saber su variación intersexual, y aun así comentó que decidió no informarle porque “se trata de gente de campo que no entenderían”. A mi me parece que lo correcto es siempre informar a la persona, no hay razones válidas para ocultar información, el trabajo del médico es explicar a la persona tantas veces como sea necesario, de una forma que haga ver su variación intersexual como lo que es, algo natural. Y que la señora decidiera a quien le compartía esa información, pero no tenían el derecho de ocultarle esto. Desafortunadamente la entrevista con esta genetista fue posterior a la entrevista que le realizaron a Brújula Intersexual y no tuvimos oportunidad de comentar nada al respecto, aunque sí lo hicimos a través de las redes sociales.

Este tipo de situaciones y de malos tratos por parte de quienes conforman la institución médica, dirigidos a personas que tienen un estatus económico o social bajo, es algo extremadamente común en México, y no solo afecta a las personas intersexuales, sino a la población en general.

Laura Inter

Laura Inter. Foto: Morgan Carpenter.

Otra situación que produce el elevado índice de pobreza, es un sistema de salud deficiente al cual no todos pueden acceder. La calidad de la atención médica es desigual y muchas de las personas con corporalidades intersexuales, a diferencia de los países del norte, no han sido intervenidas en el hospital y conservan su integridad corporal. Muchas zonas del país no cuentan con hospitales y los nacimientos ocurren en las casas, en otras comunidades las clínicas son muy rudimentarias y no cuentan con los recursos necesarios, ni con médicos especialistas. Al nacer un bebé intersexual en estas circunstancias, sin un problema de salud evidente, simplemente se le manda a su casa esperando lo mejor, sin ofrecer muchas explicaciones.

Un cuerpo intersexual no intervenido, no implica automáticamente la sensación de bienestar. Las variaciones corporales despiertan la crueldad social, el desagrado y la burla. Muchas personas intersexuales pueden ser sometidas a discriminación y violencia cuando en su entorno se conoce su variación intersexual. La violencia puede surgir en su entorno familiar o con su pareja, quienes pueden obligarlos u hostigarlos para que, se sometan a intervenciones “normalizantes”. También hemos encontrado casos de discriminación en las escuelas o en los lugares de trabajo. Todo esto puede hacer que una persona intersexual que no ha sido intervenida quirúrgicamente —y que en otras circunstancias hubiera decidido conservar su cuerpo intacto con sus rasgos intersexuales— se vea obligada o presionada a someterse a intervenciones quirúrgicas irreversibles que les puedan causar problemas de salud. Es frecuente que quienes se operan bajo estas condiciones después se arrepientan debido a los problemas asociados a las intervenciones, además de que se percatan que esto no soluciona el problema del estigma, la discriminación y la violencia social. Aunque estas intervenciones están destinadas a “solucionar”, solo acarrean más conflictos y problemas a la vida de muchas personas intersexuales. Creemos que esta violencia y discriminación surge de la ignorancia, de la falta de información, y que la solución no es modificar y mutilar los cuerpos sanos, sino educar las mentes de las personas que discriminan a todo aquel que no se adecúa a las normas de género. El camino es generar una conciencia en torno a cuestiones intersexuales y a los derechos de las personas intersexuales en el contexto de la sociedad en general, en Brújula Intersexual informamos a las personas, difundir nuestros puntos de vista y terminar con un ambiente de ignorancia y desinformación.

He conocido a personas intersexuales mexicanas y de otros lugares de Latinoamérica, cuyos cuerpos no han sido intervenidos. Por estos casos sé que los rasgos corporales intersexuales y las diferencias físicas en los genitales no provocan necesariamente problemas de salud. Por ejemplo, yo nací con genitales ambiguos y los médicos me dijeron que por la forma de mis genitales era propensa a infecciones vaginales, esto por estar juntas la uretra y la vagina. La realidad es que sólo he sufrido una leve infección vaginal, eso pasó hace más de diez años y fuera de eso no he tenido ningún problema. Al consultar esto con otras personas intersexuales no intervenidas, que cuentan con una corporalidad similar a la mía, me han confirmado lo mismo: sus cuerpos intactos no les han producido ningún problema de salud. Los problemas de salud generalmente estan relacionados a desajustes metabólicos, pero de todas las personas intersexuales con las que he hablado, sólo un porcentaje realmente pequeño tiene dificultades de este tipo. Con claridad estas situaciones no están relacionadas con tener genitales intersexuales, ni con tener otras características físicas sexuales secundarias que varíen del promedio.

Conozco además a personas con rasgos intersexuales en México , que nunca han sido sometidas a cirugía o, incluso, que nunca han ido al doctor y nunca han recibido un diagnóstico y llevan vidas saludables. Muchas personas, tanto las que han sufrido cirugías como las que no, llegan a la página de Brújula Intersexual. Acercarse al proyecto les permite entrar en contacto con información que no patologiza sus cuerpos y que incluso los celebra, ganan autoestima, comienzan a darse cuenta que el problema no son sus cuerpos, sino ese ambiente de ignorancia y discriminación. Esta información hace que vean sus cuerpos de otra manera, por ejemplo, cuando llegan a tener una pareja pueden explicarle sus rasgos intersexuales de una manera no patologizante y que celebre su diferencia. Además si quieren explicar sus rasgos intersexuales a amigos o familiares, pueden superar la explicación médica y hablar de sus cuerpos como lo que son, variaciones naturales en la corporalidad humana. Estas personas toman la situación de una manera sana, no como algo “malo” sino como algo natural. Es interesante ver como construimos nuestra autoestima influenciados por las opiniones ajenas. Al darnos cuenta que el problema no es nuestro cuerpo intersexual, sino la ignorancia y desinformación generalizadas, sanamos.

Paloma, quien compartió su historia con Brújula Intersexual, y es una mujer intersexual que no fue sometida a cirugía y conserva su cuerpo intacto, comenta:

“Ahora me gusta mi cuerpo, disfruto de él, soy consciente de los potenciales que tiene, y de que puedo hacer y disfrutar cosas con mi pareja que no serían posibles si fuera solo una mujer con un cuerpo típico. Nunca volvería a pensar en cambiar el cuerpo que tengo, ahora puedo decir que prefiero tener el cuerpo intersexual con el que nací, que haber nacido con un cuerpo considerado “normal”.”

Los médicos piensan que las personas que poseen cuerpos diferentes serán seres humanos infelices y desdichados, entonces llegan a la conclusión de que con su intervención nos están haciendo un favor, que nos están regalando la llave para ser felices, incluso sexualmente. Nada puede ser más inexacto y estar más alejado de la realidad que esa manera de pensar, como escribió Gabriel J Martin, quien nació con rasgos intersexuales: “hay muchas más cosas en la sexualidad que la penetración”. Habemos personas que simplemente no encajamos en las descripciones típicas de lo que debe ser un hombre y una mujer. Sabemos que no es fácil sentir que no encajamos, pero lo que importa es que nos dejen crecer y decidir por nosotrxs mismxs. Lxs niñxs intersexuales tal vez al crecer encuentren, como yo, que no tiene nada de malo ser diferente, que la sexualidad se puede experimentar de diversas maneras. Penetración y placer no son la misma cosa, un cuerpo intersexual invita a la imaginación, a explorar nuevas posibilidades eróticas. El binarismo de género se desarma en la cama, no en los quirófanos. Y todas las personas, tengamos los cuerpos que tengamos, podemos experimentar más allá del performance típico de la relación sexual, representado y repetido una y otra vez en las pantallas de cine, en las producciones de Hollywood difundidas globalmente, en la pornografía, en las telenovelas, etcétera.

La falta de reconocimiento que implica la medicalización y la estigmatización de personas intersexuales produce traumas significativos y problemas de salud. Al igual que en casi todos los países alrededor del mundo, en México, continúa existiendo una falta de reconocimiento al sufrimiento y la injusticia causada a personas intersexuales en el pasado, principalmente de parte de la institución médica. A pesar de todas las injusticias y violaciones de derechos humanos perpetradas en contra de las personas intersexuales, no se conoce ningún caso en el que una persona haya demandado a una institución médica o a sus doctores, para obtener una indemnización por los daños causados. Esto debido en gran medida a la falta de información no patologizante que existe sobre la intersexualidad, y a la desconfianza generalizada que se tiene en el deficiente y corrupto sistema legal mexicano. No hay vías claras de acceso a la justicia para, por ejemplo, defender el derecho a la verdad y tampoco para la compensación o reparación del daño.

Sé que en Chile existió un caso en el que ‘Juan Carlos’, una persona intersexual, demandó a sus médicos y al hospital en el que le asignaron un sexo femenino y le realizaron una cirugía “feminizante” en la que le extirparon sus testículos, cirugía que era médicamente innecesaria. Producto de esta demanda, consiguió una cantidad de dinero significativa como indemnización .

En el campo jurídico encontramos que en México generalmente no se menciona a las personas intersexuales, cuando se llegan a mencionar es desde la ignorancia, y sin una previa consulta a lo que las personas intersexuales tenemos que decir. Es frecuente que cuando se realiza una mención se haga uso de la intersexualidad como una bandera política, y no para realmente ayudar a las personas intersexuales, a las que ni siquiera se toma en cuenta o se las escucha. Con ello se produce una gran desinformación, pues se ignoran los problemas que enfrentamos las personas intersexuales. He conocido que se han realizado intentos de reformas o iniciativas de ley que pretenden “dar solución” a problemas que no están relacionados con la experiencia de las personas intersexuales y que, en muchas ocasiones, más que beneficiar a la comunidad intersexual la pueden perjudicar. Los instrumentos e instituciones que trabajan para evitar la discriminación rara vez conocen las situaciones reales por las que atraviesan las personas intersexuales.

Algunas personas intersexuales no se identifican con el sexo asignado al nacer. En la mayoría de los estados de la República Mexicana, los trámites para cambio de sexo o género en los documentos oficiales son laboriosos y muy tardados. El sexo o el género no deberían ser categorías jurídicamente relevantes, sin embargo éstas continúan apareciendo en los certificados de nacimiento y los documentos de identificación oficiales. La excepción es la Ciudad de México, en donde a partir de la reforma de ley de 2014, el cambio de sexo/género ya puede solicitarse como un trámite administrativo, facilitando la situación a las personas trans* en general (tengan una corporalidad intersexual o no). Esperamos que esta medida se adopte pronto en todo el país.

Por otra parte, la mayoría de las asociaciones identificadas como LGBTI en México, creen que el principal problema de las personas intersexuales es la asignación de un género binario al nacer, y creen que la solución es agregar una tercera casilla en las actas de nacimiento e inscribir a lxs niñxs intersexuales en esta tercera categoría. En Brújula Intersexual pensamos que esa medida solo generaría discriminación hacia lxs niñxs intersexuales, al catalogarlos como pertenecientes a un “tercer género”; posiblemente, esto provocaría que padres, madres y médicos buscaran apresurar las cirugías y tratamientos hormonales “normalizadores” con la finalidad de poder inscribir a sus hijxs en uno de los dos géneros binarios.

Yo imagino una sociedad utópica en la que se elimine la casilla de “sexo” en las actas de nacimiento y otros documentos oficiales, esto evitaría muchos problemas legales a muchas personas, no solo a las personas intersexuales. Desgraciadamente, aún no vivimos en esa sociedad y un cambio así con seguridad tardaría años. Nuestra sociedad es sumamente prejuiciosa e idiosincrática y tiende a discriminar lo que no entiende o a quien es “diferente”, por ello pienso que por el momento lxs bebés intersexuales pueden asignarse como niños o niñas; eso los ayudará a no crecer señalados, a no cargar con un estigma, pero eso no significa que puedan intervenir sus cuerpos de manera irreversible. Cuando crezcan esxs niños y niñas, tendrán la oportunidad de elegir si quieren o no someterse a una intervención quirúrgica, y tendrán la capacidad de asumir el género al que quieran pertenecer.

Por último, si en algún momento se añade una tercera casilla de sexo a los documentos oficiales, pensamos que solo debe utilizarse a petición del interesado independientemente del cuerpo que posea.

– por Laura Inter, fundadora y administradora de Brújula Intersexual